DESARROLLO PRENATAL DEL BEBÉ

DESARROLLO PRENATAL DEL BEBÉ

Lic. Daniela Gastaldi

Licenciada en Psicología. Especialista en psicología perinatal, Profesora, Supervisora clínica, Docente Universitaria y de Posgrado. Conferencista nacional e internacional, directora y docente de Psicología Perinatal Argentina.

DESARROLLO PRENATAL DEL BEBÉ

El Dr. Juan Larban Vera en su artículo: “Acompañamiento psicológico y emocional de la madre, el padre y el bebé durante el periodo perinatal”, desarrolla cuestiones que acontecen a nivel psíquico en relación con el embarazo y es necesario que sean tenidas en cuenta por los profesionales que asisten a las familias en dicho proceso.

Resumiremos aquí algunos aspectos referidos a la vida intrauterina.

Estudios recientes efectuados mediante la ecografía han hecho posible la observación del feto en su ambiente uterino sin ser molestado. Han permitido realizar una investigación longitudinal de la evolución intrauterina y postnatal de un número determinado de niños. La información recogida basada en las experiencias sensoriales y motrices del feto y su comprensión desde una perspectiva interactiva permiten pensar que es posible la existencia en el feto de una rudimentaria vida mental antes de su nacimiento y desde el primer trimestre de vida intrauterina.

Diversas investigaciones en este campo han demostrado que todos los sentidos humanos (salvo el de la visión) comienzan a ser operativos durante el segundo trimestre del embarazo y que el feto va respondiendo a los estímulos auditivos, táctiles, de presión, térmicos, vestibulares, gustativos y dolorosos.

Estos estudios sobre la conducta del feto sugieren además cierta continuidad entre aspectos de la vida prenatal y postnatal en la evolución del desarrollo del niño.

Todo ello nos hace pensar que la interacción entre “herencia” y “ambiente” comienza mucho antes de lo que pensábamos, y que ciertas experiencias prenatales pueden ejercer un efecto emocional profundo en el niño, especialmente si estos acontecimientos prenatales se ven reforzados por experiencias postnatales.

Esto no significa que todo comportamiento extrauterino de los niños objeto de observación intrauterina ha de atribuirse a experiencias prenatales; la interacción postnatal con los progenitores juega también un importante papel.

Dentro de los factores que pueden afectar la atmósfera intrauterina están las emociones de la madre, pudiendo afectar al feto las que son de gran intensidad y de larga duración que conllevan una situación de estrés crónico para la madre con sobre-estimulación de sus glándulas suprarrenales y liberación de cortisol que le llega al feto atravesando la barrera placentaria.

De ahí la necesidad de que la madre durante la gestación esté bien cuidada y que ella se sienta bien cuidada por su entorno más próximo.

El embarazo en sí mismo no es una enfermedad pero si un estado “especial” de la madre que requiere de “cuidados especiales” por parte de su entorno, familiar, profesional, institucional, y social.

Las investigaciones neurobiológicas y neurofisiológicas que se están desarrollando en la última década muestran la influencia e importancia del estado emocional de la madre durante el embarazo y su repercusión sobre el desarrollo de su bebé, incluso intra-útero.

Los estados de ansiedad y estrés crónicos, es decir, duraderos, y el trastorno por estrés post-traumático perinatal vividos por la madre sin la ayuda adecuada, no solamente les afectan a ella y a su bebé psíquicamente, sino también físicamente. Los altos niveles de cortisol (llamada la hormona del estrés) que superan el filtro placentario y le llegan al feto, lo colocan en una situación de riesgo para su adecuada evolución, tanto en el plano de la maduración orgánica como de su desarrollo psíquico.

El efecto que tiene la respuesta al estrés en el organismo ante los elementos estresantes es profundo: Se produce un predominio del funcionamiento del sistema nervioso simpático, (activador) a costa del sistema nervioso parasimpático, (frenador) con reacciones como vasoconstricción periférica, midriasis, taquicardia, etc. con liberación de hormonas de las glándulas suprarrenales como la adrenalina y noradrenalina, el cortisol, y también, aumento en sangre de la glucosa, factores de coagulación, aminoácidos libres y factores inmunológicos, preparando así nuestro organismo para el ataque o para la huida.

En el primer trimestre, la estructuración y desarrollo cerebral del embrión puede verse afectada ya que es en este periodo del embarazo que se produce el desarrollo y diferenciación de las células madre cerebrales, así como su migración y ubicación definitiva. También se ha podido establecer una relación entre las dificultades de regulación de la ansiedad, las dificultades de aprendizaje y los trastornos conductuales presentes en el niño, con los altos niveles de colesterol presentes en el feto durante las últimas semanas de vida intra-uterina.

*Extraído de una publicación del  Dr. Juan Larvan Vera.

Psiquiatra y Psicoterapeuta

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