Aspectos psicológicos del diagnóstico ecográfico

Aspectos psicológicos del diagnóstico ecográfico

Lic. Daniela Gastaldi

Licenciada en Psicología. Especialista en psicología perinatal, Profesora, Supervisora clínica, Docente Universitaria y de Posgrado. Conferencista nacional e internacional, directora y docente de Psicología Perinatal Argentina.

Aspectos psicológicos del diagnóstico ecográfico

Aspectos psicológicos del diagnóstico ecográfico

y el monitoreo fetal

Por la Lic. Mirta Videla

Los padres de manera creciente desean saber todo acerca del nacimiento de su bebé y de cómo ocuparse eficazmente de su chiquito. Se trata de un deseo de anticipación como también por el temor de alguna falla en el resultado de su máxima creación vital.

La ecografía es un instrumento de diagnóstico precoz y de prevención e anomalías fetales, además de ofrecer la posibilidad de “pre-ver” o ver previamente a su hijo. Lamentablemente no siempre esto es un encuentro acertadamente conducido por el especialista y con el respeto y que los padres merecen.

De manera reiterada los padres que esperan un hijo, manifiestan quejas respecto a los ecografistas que les comunican dudas o certezas acerca de patologías en sus hijos, de manera abrupta, desencadenando impactos afectivos, crisis o males aún mayores. La embarazada acostada escucha aterrorizada decir al ecografista “acá algo anda mal”, “no veo el cerebro”, “voy a traer otro médico en consulta para ver si ve lo que yo veo”, ”esta es una espina bífida, sin duda”. También los monitoreos fetales, realizados al final del embarazo, son fuente de intensa angustia de la embarazada y de frecuente falta de tacto por parte de los profesionales que lo realizan. Hace poco una embarazada que atendemos, llamó presa del terror, cuando el médico que le realizaba el monitoreo le comunicó que “el feto no se movía”. Toda la familia se conmovió en una auténtica reacción de miedo y angustia grupal. La abuela del niño que había pedido ella a su vez dos embarazos a término, sufrió una fuerte crisis. Pero resultó que habiendo consumido antes del estudio la cantidad de azúcar indicada, luego la hicieron esperar dos horas para atenderla, lo cual lógicamente produjo la quietud del feto.

Nunca mejor aplicado el concepto de modelo médico hegemónico, como en estos casos, no se comunica con el médico obstetra tratante, no posee datos del psiquismo de la embarazada y mucho menos de la pareja o el vínculo y arroja su diagnóstico presuntivo, desde su total omnipotencia y ligereza con respecto al posible daño psíquico que desencadena.

Muchos autores definen al momento del diagnóstico ecográfico como “un ritual iniciático” para los futuros padres. Se habla entonces de para los futuros padres. Se habla entonces de “encuentro ecográfico”, como representante del seguimiento atento y adecuado del embarazo. Este encuentro significa un etapa esencial del diagnóstico prenatal para los médicos, para los padres es el descubrimiento del hijo virtual.

Recientes investigaciones han resaltado la Recientes investigaciones han resaltado la importancia de este encuentro, tanto en lo médico, lo social y lo psicológico, de la ecografía obstétrica. Se resalta en ese caso que este examen es trascendente y muchas veces determinante, en el proceso de convertirse en padres, con su cariz positivo como negativo, organizador o desestructurante. La ecografía es el momento que al observarlo (conocerlo) visualmente, recién se consolidan en su rol de padres, poniendo de manifiesto además las armonías y desarmonías posibles en este vínculo entre padres e hijo.

Esta práctica ecográfica enfrenta actualmente un obstáculo bioético, porque no existe un consentimiento informado para este estudio y los padres suponen erróneamente, por falta de información por parte de sus obstetras, que son estudios obligatorios, tanto la de los tres, los cinco y los seis meses de gestación. Los médicos tan solo la aconsejan con diferentes niveles de intensidad en su indicación. Por eso para muchos padres solo posee el valor de “la primer foto del nene” para mostrar a sus amigos y familiares.

Por tal razón no existe un espacio de intercambio con los padres tratados como objetos, condenados a un rol pasivo por los profesionales. Los médicos atemorizados por la amenaza de los juicios de mala praxis y los padres por fuera para participar activamente en el conocimiento de alguna anomalía fetal de su hijo. Solo existe una relación unilateral, donde debiera haber un vínculo de mutua información y reflexión.

El ecografista francés Luc Gourand, propone realizar con los padres grupos operativos para reflexionar juntos sobre las expectativas, dudas y preocupaciones, tanto de los padres como de los ecografistas, en una acción de plena reciprocidad. Pero además concretar un auténtico consentimiento informado, que por lo general solo son contratos de adhesión a presión, con el objeto de favorecer con este estudio así abordado, una mayor conciencia en la responsabilidad del rol de los padres.

Se propone entonces que en nuestra practica perinatal transdisciplinaria, alcancemos una ecografía y un monitoreo humanista, donde el alto nivel de esta técnica alcanzada en obstetricia y perinatología, sea corolado además por un espacio de elaboración psicológica, que evite el daño y el sufrimiento psíquico de los padres y de toda la familia del niño esperado.

LIC. MIRTA VIDELA

Lic. En Psicología. Pionera de la Psicología Perinatal en Argentina, Latinoamérica y España. Con más de 60 años de profesión, continúa trabajando fuerte y apasionadamente, escribiendo libros, realizando docencia para profesionales, brindando atención clínica y supervisiones.   

Correo: mirtavidela40@gmail.com

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